Durante el año pasado, he estado trabajando en varios
proyectos que, además de interiorismo, requerían obras. Menudo año y malditas
obras!!!.
¡Con lo que me gusta mi trabajo, tengo que reconocer que en
ocasiones he llegado a pensar eso de “o llegan pronto las vacaciones y me
relajo o me va a dar algo!”.
La verdad es que la informalidad, las chapuzas y lo mal que
trabajan algunos en ocasiones ha llegado casi a superarme.
Por mucho que yo me estruje la cabeza para pensar, diseñar y
buscar lo más adecuado y bonito para mis clientes, si la mano que tiene que
ejecutar esos proyectos es pésima, eso no hay por dónde cogerlo.
Hoy os traigo una de esas historias que es larga, muy muy
larga, pero para no aburrirte mucho voy a intentar resumírtela. Si os lo cuento
más en detalle vamos a terminar en 2020 jejeje.
Los protagonistas de la historia de hoy es un matrimonio
joven, amantes de los animales y propietarios de una nueva vivienda a estrenar.
Yo comencé a trabajar en este proyecto sobre los planos de
la promotora e intentándome hacer una idea de los acabados una vez hecha la
visita al piso piloto.
La vivienda constaba de salón-comedor, 4 dormitorios, tres
cuartos de baño completos, cocina y una terraza casi tan grande como la vivienda.
Los clientes tenían muy claro que por el tamaño que tenían
las habitaciones, convertiríamos dos dormitorios en uno para agrandar el
principal.
Y así sobre el plano y presuntamente con 6 meses por delante
empezamos hacer pruebas de distribuciones y preparar los primeros diseños de la
vivienda.
Tras varias propuestas de distribución los clientes tenían
muy clara la elección.
Tabique divisor en el medio de la habitación con armarios y
puertas de espejos.
Mientras yo hacía los planos pedí a los clientes unas
cuantas fotos de interiores, para intentar averiguar el estilo que querían para
su nuevo piso.
Por favor, mucho ojo a estas fotos!!!. Grábatelas en la
memoria porque cuando veas su casa pensarás … Pero por Dior!, no se parece en
nadaaa!!!!.
También recuerdo como si fuera ayer que en el cuestionario
ponía: “Nada de color Negro, muebles con acabado en brillo, no al mármol, no al
color oro” ….
Tras recibir las fotos, yo prepare una ruta de tiendas con
el mobiliario que se ajustaba a sus descripciones. Y pocos días después con lo
que estuvimos viendo ya tenía listos los primeros dossiers con las
composiciones.
Por supuesto era consciente de que iríamos ajustando los
diseños, sobre el plano y añadiendo piezas a cada espacio. Teníamos mucho
tiempo por delante.
Ahora me doy cuenta que DEMASIADO!!! Jejejeje
Mi clienta, en una de sus comidas o cenas ( ya no recuerdo )
en un restaurante se topó con la exposición de Ana Sanz Durán y fue el amor a
primera vista.
Por entonces “P y M” tenían en casa un Galgo en acogida y
por supuesto las obras de Ana les cautivaron.
Compraron el cuadro de la exposición “LA LLORONA “ pero ahí
no quedo la cosa.
Quedamos con la artista para encargar otro cuadro, quisieron
inmortalizar el Galgito de acogida y encargamos a Ana otra obra. Yo fui la
encargada de la elección de tonos, aunque por entonces era lo único que tenían
claro mis clientes. Los colores. Porque lo que es el estilo de la casa estaba
todo al aire.
Bueno, cual piensas que es la mejor manera de pintar un retrato?.
Viendo al protagonista no?.
Pues así fue! La Llorona y Sur se conocieron y Ana hizo su
trabajo de 10!
Mira que bien ha quedado.
Esa fue de las primeras compras, además de la cocina, que
también la elegimos en octubre del 2017. El modelo de los muebles, el acabado
la encimera y la distribución.
En un par de visitas a la tienda lo teníamos todo listo a
falta de determinar los tiradores, los alicatados, los papeles pintados y
detalles en los que yo estaba trabajando.
Los mesases iban pasando, los diseños iban tomando la forma,
incluso teníamos apalabrada una empresa para la reforma. Esperando ansiosos a
la entrega de la vivienda, que mes a mes se estaba retrasando.
Mientras tanto hacíamos visitas a las tiendas para ver los
materiales y detalles que yo iba preseleccionando. Los azulejos para la cocina,
los papeles pintados, las telas, el mobiliario ……
Detalles que iba juntando en los dossiers y preparando las
listas de la compra.
En el momento de empezar la reforma quería tener todo
preparado.
Ahora mirando los dosieres, te adelanto que de lo que estás
viendo, en el proyecto final sólo se pusieron las cortinas, el sofá de dos
plazas del comedor, los jarrones de la mesa, la chimenea, el banco y claro está,
los cuadro jajaja…
Y ahora me río pero, ahí tienes la muestra de que hay veces
que esto de definir el estilo de un cliente, es un trabajo a lo “misión
imposible “
En mayo de 2018 hicimos la primera visita a la vivienda para
tomar medidas y allí descubrimos algunas cosas que, como aún estaban en obra,
deberían arreglar. Nos encontramos con una puerta en el recibidor que no
existía en los planos, unas juntas de dilatación en el pladur en las paredes de
1cm de grosor rellenas con silicona blanca, lo nunca visto y alguna que otra
chapuza de nota!!.
Varios detalles que en obra se iban cambiando o arreglando
sobre la marcha.
Llegado el mes de junio, por fin se entrega la vivienda y
ahí .. empieza nuestra pesadilla.
La empresa con la que teníamos apalabrada la reforma no podía
empezar hasta septiembre, así que, en pleno mes de junio, tuvimos que ponernos
a buscar alguna otra empresa que se hiciera cargo de la reforma, ya que los
clientes no querían esperar.
Empezamos a llamar y preguntar y bueno la verdad es que uno
de los contactos de los clientes nos dio confianza, un presupuesto enviado de
urgencia y bastante ajustado a lo inicial que teníamos previsto.
El 1 de julio entraban en la casa y empezaba la reforma.
Comenzaron con lo más gordo de mi lista, tirar el tabique para
agrandar el dormitorio, cambiar el suelo, hacer el techo de pladur con los
cortineros en el dormitorio, levantar un nuevo tabique divisor con armarios,
cambios de iluminación, algunos sanitarios, alicatados en la cocina …. Aunque
poco a poco se fueron añadiendo cosas a petición de mis clientes.
Comienza la obra y mi clienta, con un mar de dudas sobre
todo lo que ya teníamos visto y seleccionado para el salón.
El modelo del sofá, el color, las sillas, las vitrinas, las
mesas ………todo de repente se empezó a cambiar sin juicio ni orden alguno …. Un
“mézclum” de ideas, dudas, colores, texturas, que a mi, ¡casi me da algo!
Continuará???